Como ya se los he platicado, estoy
asociado en una empresa de reciclaje de envases de cartón, hemos tenido tres
años de intensas experiencias tratando de hacer que nuestro proyecto pueda
volar por si solo.
No ha sido nada sencillo ir avanzando en este nuevo negocio
que ofrece mucho, o mejor dicho muchísimo; como la posibilidad de dejar de
deforestar al menos un millón de árboles al año, el ahorro de algunos millones
de m3 de agua, el ahorro de energía eléctrica que también es millonario, cientos de miles de kg de combustible y por supuesto la eliminación de basura.
Tan difícil ha sido que más de una ocasión hemos tocado la puerta de salida, como queriendo salir huyendo; de nuestra valentía,
de nuestra responsabilidad de luchar por un mundo mejor, o mejor dicho por un
género humano mejor. Porque no me queda la menor duda de que si no cambiamos
nuestro proceder… muy pronto el planeta nos sacudirá de su espacio, limpiando
la tierra y sus elementos para empezar de nuevo.
En este inicio de semana las cosas primero se pusieron al
rojo vivo, a tal grado que no sólo tocamos la puerta de salida, sino que la
abrimos para explorar los escenarios que había del otro lado. Afortunadamente
el miedo no rompió con la cordura y las ganas de seguir adelante y después de
deliberar un buen rato decidimos seguir caminando con este hermoso proyecto.
Y entonces no se que pasó… pero pareciera que todo esto conmovió
al Señor... de pronto las cosas que ya estaban cerca, pero siempre por alguna u
otra razón no llegaban, empezaron a llegar; después de muchos meses de buscarla, la calidad llegó a nuestro producto terminado, aumento la eficiencia cerca de
un diez porciento, instalamos unos agitadores que incrementaron nuestra
capacidad de producción de una manera muy importante, encontramos un químico
que hizo que nuestros desechos sean mucho menores y algunas cosas más.
Me imagino que nos pasó como la parábola; cuando el Señor
estaba en su barca con los apóstoles echándose una pestañita y que de pronto se
desató la tormenta, llenando de pánico a
los discípulos… tenían tanto miedo que tuvieron que despertarlo y
entre regaños por su falta de fe, calmo las aguas!!! Sin duda nos pasó lo mismo,
aunque esta vez todos los que estamos en la barca del reciclado, por más que lo
jalamos y pellizcamos… sentíamos que no se podía despertar para que calmara la
tormenta y la angustia de sentirnos a la deriva.
Queda mucho por hacer todavía, pero lo que pasó esta semana sin duda nos ha dejado una marca de fe, que difícilmente ni el tiempo ni el miedo podrán borrar...
A todos o a casi a todos siempre nos pasa lo mismo, somos
tan dependientes por tantas cosas materiales, que no dejamos que las cosas fluyan como tienen que fluir. Pedimos tan llenos de miedo que
imagino que esto molesta tanto al Patrón que no nos hace caso, tal vez el único
requisito que nos pide el Jefee sea romper con el miedo y actuar como alguien
me dijo alguna vez…
Tómate las cosas con calma y permite que el Universo haga el
trabajo de crear tus sueños. Tu labor fue completada una vez que pediste tu
deseo… ahora entrégate al Dios y disfruta de las formas creativas en que tus
oraciones pueden ser respondidas!!!