Los vientos de fragilidad han invadido al planeta y en muchas partes el clima se ha puesto difícil, la tensión ha tomado por sorpresa a muchos lugares y la violencia se ha vuelto su compañera. Será que la suma de inconsciencia ya tiene cansado a los Dioses o simplentemente es la reacción natural al deterioro por parte de la tierra; reclamando su dignidad, cansada de los abusos que hemos hecho en este lugar.
De este lado del mundo, en este hermoso país, poco a poco, hemos ido aprendiendo a caminar entre el ruido de las sirenas y la violencia que ha ido ganando terreno, ante la indiferencia y apatía de todos nosotros, como si pensáramos que en silencio las cosas se van a resolver solas, dejando que otros tomen la batuta; porque es peligroso decir las cosas.
En este remolino de descontrol, entre tanto viento y polvo, ahora nuestra vista no alcanza más que para ver lo que tenemos muy cerca… tan cerca que pareceria que no tenemos fuerza mas que para ver por nosotros mismos, tratando de cubrirnos de la fuerza de la borrasca, atendiendo más al miedo que al destino.
Y en nuestro silencio… hemos permitido que los medios de comunicación hagan su agosto, con su circo de televisión y radio, donde un punto de raiting es más importante que la consciencia del pueblo; aturdiendonos en las mañanas con sus noticias de desesperanza y entre uno que otro espacio con sus seudoartistas disfrazados de mujer o payaso, fingiendo la voz; de la misma manera que como fingen que su interés es el progreso.
Yo he decidido caminar sin esta carga, prefiero el riesgo de la desinformación que llenar mi corazón de la angustia que venden estos mercenarios de la comunicación. Qué no será que estos manipuladores tienen tanto poder porque nosotros se los hemos dado? qué no será que de la misma manera como los hemos dejado crecer, ahora los podemos exigirles que informen lo que sucede sin tanto calificativo, que se vuelvan promotores del progreso y la consciencia.
Más allá de todo esto, estamos nosotros… es nuestra responsabilidad encontrar nuestro camino, a pesar de tanta información cruzada que recibimos a cada momento. Es nuestra responsabilidad dejar de poner pretextos y salir al encuentro de lo soñado, sólo de esa manera podremos ajustar el tiempo cambiando nuestro espacio.