Hace unos años, estaba descansando un fin de semana en mi casa tranquilamente, cuando escuché que alguien llamaba a la puerta, inmediatamente fui a ver quién era. Al abrir la puerta me encuentro con un proveedor del negocio que venía a reclamarme porque no le habían pagado el día anterior. Sorprendido de que estuviera ahí, de una manera poco cordial le dije que yo no atendía cosas del negocio en mi casa, que si era tan amable lo podíamos ver en el negocio el lunes siguiente.
Como soy de mecha corta, al cerrar la puerta ya estaba yo furiosooo e inmediatamente me dirigí al teléfono a marcar a la caseta de vigilancia para reclamar ¿por qué habían permitido el acceso a esta persona sin mi autorización?... después de sonar tres o cuatro veces el timbre, alguien me contesto…
Caseta de vigilancia a sus órdenes... y sin que pudiera decirme nada más le dije: óigame, alguien dejo pasar a una persona sin mi autorización!!!, me puede comunicar con el encargado de los vigilantes – un poco sorprendido por mi actitud, me respondió – Caseta de vigilancia a sus órdenes. Obviamente su respuesta me desconcertó tanto, que ya no aguante y empecé a reclamarle: cómo es posible que hayan permitido el acceso a alguien sin mi autorización, ¿qué no se supone que están aquí para cuidarnos y no dejar pasar a quien se le da la gana? – mi molestia iba in crescendo a tal grado que... fuera de control le dije – ¿quién fue el pendejoooo que dejó pasar a alguien a mi casa sin mi autorización?
Como soy de mecha corta, al cerrar la puerta ya estaba yo furiosooo e inmediatamente me dirigí al teléfono a marcar a la caseta de vigilancia para reclamar ¿por qué habían permitido el acceso a esta persona sin mi autorización?... después de sonar tres o cuatro veces el timbre, alguien me contesto…
Caseta de vigilancia a sus órdenes... y sin que pudiera decirme nada más le dije: óigame, alguien dejo pasar a una persona sin mi autorización!!!, me puede comunicar con el encargado de los vigilantes – un poco sorprendido por mi actitud, me respondió – Caseta de vigilancia a sus órdenes. Obviamente su respuesta me desconcertó tanto, que ya no aguante y empecé a reclamarle: cómo es posible que hayan permitido el acceso a alguien sin mi autorización, ¿qué no se supone que están aquí para cuidarnos y no dejar pasar a quien se le da la gana? – mi molestia iba in crescendo a tal grado que... fuera de control le dije – ¿quién fue el pendejoooo que dejó pasar a alguien a mi casa sin mi autorización?
Está Usteee hablando con la persona Señooor!!!
– me respondió completamente asustado-¿ Con qué personaaa, carambaaas? – repliqué más sorprendido que enojado -, Pues con la persona que Usteee dijo Señor – y casi sin poder aguantar soltar la carcajada, le comenté – bueno, tengan más cuidado para la próxima y colgué… riéndome de su actitud y la mía.
Qué curioso…cómo son las gentes sencillas de nuestros pueblos latinos, siempre de la mano de lo simple, sin complicarse demasiado la vida, completamente integrados a la tierra y al aire del campo… libres hasta en su vocabulario, sin palabras complejas y mucho menos pensamientos. Expresándose muchas veces sin entender el sentido de las palabras, mezclando las ideas y confundiéndonos a los que nos sentimos más preparados.
Quizas, todo este aire de inocencia no sea más que el manto con el nos ocultan su libertad, que a fuerza de sencillez los mantiene cerca del cielo, compartiendo con la naturaleza sin complicarse; como pájaros buscando la rama de un árbol grande al caer el sol. Volando bajo; ocultando su sabiduría al glamur de las ciudades. Engañándonos y haciéndonos creer que están; atrasados, sin aspiraciones, presos de la pobreza y la incultura.
Por eso... cuando me preguntan si conozco a alguien que pueda realizar algún trabajo, no dejo pasar la oportunidad para jugar un poco y siempre respondo…
Qué curioso…cómo son las gentes sencillas de nuestros pueblos latinos, siempre de la mano de lo simple, sin complicarse demasiado la vida, completamente integrados a la tierra y al aire del campo… libres hasta en su vocabulario, sin palabras complejas y mucho menos pensamientos. Expresándose muchas veces sin entender el sentido de las palabras, mezclando las ideas y confundiéndonos a los que nos sentimos más preparados.
Quizas, todo este aire de inocencia no sea más que el manto con el nos ocultan su libertad, que a fuerza de sencillez los mantiene cerca del cielo, compartiendo con la naturaleza sin complicarse; como pájaros buscando la rama de un árbol grande al caer el sol. Volando bajo; ocultando su sabiduría al glamur de las ciudades. Engañándonos y haciéndonos creer que están; atrasados, sin aspiraciones, presos de la pobreza y la incultura.
Por eso... cuando me preguntan si conozco a alguien que pueda realizar algún trabajo, no dejo pasar la oportunidad para jugar un poco y siempre respondo…
Está Usteee hablando con la persona Señoor!!!