Hace unos días recibí un mail con una presentación en Power Point, que resaltaba a cada momento las cosas que hemos dejado de hacer los mexicanos o que hemos permitido hacer a quien no piensa en el progreso del país. En cada página de la presentación se hacia una crítica a nuestra idiosincrasia y terminaba diciendo "Orgullosamente Mexicano". Que nuestro nivel educativo es muy bajo, que tenemos la ciudad más insegura del mundo, que contaminamos irracionalmente…
Siempre me cuestiono ¿ En donde aprendimos a vivir quejándonos de todo nuestro entorno, sin tomar ninguna acción que no sea criticar?, tal vez el dolor de la fusión de la grandeza de nuestra cultura con la española fue tan grande, que nuestro corazón quedo partido y así hemos caminado por casi quinientos años; caminando desconfiados, resentidos y sumisos.
Ahora… seguimos con el corazón partido y el tiempo nos ha dividido; por un lado los que nos que nos sentimos más españoles que mexicanos y por el otro los que se sienten mexicanos pero que no se atreven a mirar de frente, agachados, con miedo al presente.
Los primeros hemos aprendido a avergonzarnos de este lugar y de esta maravillosa herencia que nos dejo nuestro pasado glorioso; nuestros indígenas. Siempre rechazando nuestro origen y todo lo que se relacione con él, siempre dispuestos a ofender o en el mejor de los casos a ignorar a nuestra gente. Engreidos, confundiendo siempre la fuerza y la soberbia.
Del otro lado los colores chillantes, las tradiciones, la mezcla mágica de religiones que nos hacen un pueblo único; con los ritos prehispánicos y la virgen María de la mano, compartiendo la devoción de un pueblo fiel. Caminando entre la fiesta y la inconsciencia, riéndonos siempre de nosotros y la vida, envueltos en el manto de la desconfianza, dejándonos someter... como si trajéramos en la piel las heridas de nuestros antepasados que cayeron en la batalla.
A mí, este asunto de los dos mundos en el que vivimos los mexicanos y los latinoamericanos ya me tiene cansado, me indignan las manifestaciones de inconformidad sin una propuesta de solución concreta. Me molestan muchísimo los gritos al aire perdidos en el viento; sin fuerza, sin esperanza, llenos de dolor. Ya no quiero ni voy a caminar por esos senderos, perdónenme pero ya nooo!!!
Quiero decirle a todos que vivimos en uno de los países más hermosos del mundo, hoy tenemos la gran oportunidad de salir al encuentro de nuestros problemas, no hay nada que no podamos resolver juntos, dejemos de lado nuestro dolor y aceptemos nuestro mestizaje como es, con la riqueza de los dos mundos. Aceptemos que ahora somos tierra y somos fuego, unamos nuestros esfuerzos y salgamos a la conquista de un mejor país, sin pretextos, siempre de frente…como hermanos!!!
Y cuando alguien nos pregunte, respondamos sin ironía desde el fondo del corazón…
Siempre me cuestiono ¿ En donde aprendimos a vivir quejándonos de todo nuestro entorno, sin tomar ninguna acción que no sea criticar?, tal vez el dolor de la fusión de la grandeza de nuestra cultura con la española fue tan grande, que nuestro corazón quedo partido y así hemos caminado por casi quinientos años; caminando desconfiados, resentidos y sumisos.
Ahora… seguimos con el corazón partido y el tiempo nos ha dividido; por un lado los que nos que nos sentimos más españoles que mexicanos y por el otro los que se sienten mexicanos pero que no se atreven a mirar de frente, agachados, con miedo al presente.
Los primeros hemos aprendido a avergonzarnos de este lugar y de esta maravillosa herencia que nos dejo nuestro pasado glorioso; nuestros indígenas. Siempre rechazando nuestro origen y todo lo que se relacione con él, siempre dispuestos a ofender o en el mejor de los casos a ignorar a nuestra gente. Engreidos, confundiendo siempre la fuerza y la soberbia.
Del otro lado los colores chillantes, las tradiciones, la mezcla mágica de religiones que nos hacen un pueblo único; con los ritos prehispánicos y la virgen María de la mano, compartiendo la devoción de un pueblo fiel. Caminando entre la fiesta y la inconsciencia, riéndonos siempre de nosotros y la vida, envueltos en el manto de la desconfianza, dejándonos someter... como si trajéramos en la piel las heridas de nuestros antepasados que cayeron en la batalla.
A mí, este asunto de los dos mundos en el que vivimos los mexicanos y los latinoamericanos ya me tiene cansado, me indignan las manifestaciones de inconformidad sin una propuesta de solución concreta. Me molestan muchísimo los gritos al aire perdidos en el viento; sin fuerza, sin esperanza, llenos de dolor. Ya no quiero ni voy a caminar por esos senderos, perdónenme pero ya nooo!!!
Quiero decirle a todos que vivimos en uno de los países más hermosos del mundo, hoy tenemos la gran oportunidad de salir al encuentro de nuestros problemas, no hay nada que no podamos resolver juntos, dejemos de lado nuestro dolor y aceptemos nuestro mestizaje como es, con la riqueza de los dos mundos. Aceptemos que ahora somos tierra y somos fuego, unamos nuestros esfuerzos y salgamos a la conquista de un mejor país, sin pretextos, siempre de frente…como hermanos!!!
Y cuando alguien nos pregunte, respondamos sin ironía desde el fondo del corazón…
ORGULLOSAMENTE MEXICANOOOO!!!