Una noche cuando mi hijo Alex era muy pequeño, veníamos regresando de la ciudad de México, estaba recostado en los brazos de su mamá y sólo podía ver el cielo o los árboles que íbamos dejando atrás al paso del coche. A mitad del camino, abrazando su mamila nos comentó completamente sorprendido…
Cuanta prisa…hasta los árboles tienen prisaa!!!
Tal vez mi niño hizo ese comentario porque no podía ver la carretera y eso lo hizo perder la referencia del origen del movimiento, confundiéndose a tal grado que llegó a la conclusión de que todo lo de afuera tenía prisa.
En las mañanas cuando me dirijo al club, invariablemente me integro a un torrente de coches donde todos nos dirigimos con toda prisa a nuestros lugares de trabajo o de diversión o tal vez a la escuela, siempre a toda prisa. Qué no será que hemos perdido la visión de la carretera y ahora de una manera imperceptible estamos confundidos con el origen del movimiento y en nuestra ceguera nos comportamos con tanta prisa; corriendo sólo por correr, llegando sin llegar, de la mano de la insatisfacción, corriendo con todos para no quedarnos solos, huyendo de nosotros mismos…
Hace poco tuve un sueño en el que la muerte apareció en escena, haciéndome sentir lo frágiles que somos y lo poco conscientes que estamos de ello. Por supuesto que esto sacudió los sentimientos, cuestionándome por todas las cosas que vamos haciendo sin pensar, que nos van dejando a la deriva, perdidos, confundidos entre el miedo y los sueños, preguntándome…
En las mañanas cuando me dirijo al club, invariablemente me integro a un torrente de coches donde todos nos dirigimos con toda prisa a nuestros lugares de trabajo o de diversión o tal vez a la escuela, siempre a toda prisa. Qué no será que hemos perdido la visión de la carretera y ahora de una manera imperceptible estamos confundidos con el origen del movimiento y en nuestra ceguera nos comportamos con tanta prisa; corriendo sólo por correr, llegando sin llegar, de la mano de la insatisfacción, corriendo con todos para no quedarnos solos, huyendo de nosotros mismos…
Hace poco tuve un sueño en el que la muerte apareció en escena, haciéndome sentir lo frágiles que somos y lo poco conscientes que estamos de ello. Por supuesto que esto sacudió los sentimientos, cuestionándome por todas las cosas que vamos haciendo sin pensar, que nos van dejando a la deriva, perdidos, confundidos entre el miedo y los sueños, preguntándome…
Siempre vamos aprisa… y a dónde eeehhh???
Cual es sentido de ir corriendo entre la gente, con toda la gente, para llegar a cualquier parte o para ser los primeros… los primeros de qué?? Si lo único que tenemos que hacer es ir disfrutando las cosas, sin toda la parafernalia que hemos creado sin darnos cuenta y que ahora nos tiene presos en nuestra propia cárcel, impidiéndonos disfrutar la vida a nuestro paso, saboreándola con todas sus locuras.
Salgamos del torrente por un momento y observemos como todos vamos corriendo muchas veces sin ningún sentido, démonos la oportunidad de buscar en la tranquilidad nuestros anhelos para alcanzar lo que verdaderamente queremos ser...
1 comentario:
sip... si eres mi favorito!!
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