Hace poco recibí este mensaje en un comentario de este espacio.
La verdad me deja impactado como en tantos lugares se dan manifestaciones de tan grande consciencia. De pronto parece que ya estamos cansados de permitir que nos confundan con toda la irrelevancia que ha tomado a este hermoso planeta, haciéndonos creer que somos más importantes de lo que verdaderamente somos, exaltando la consciencia individual; la que nos hace sentir lejos de todos los demás, caminando solos.
Tal vez sea por ello que necesitamos tanto de lo material, como si de verdad fuéramos a encontrar la felicidad por este sendero, por eso cada día queremos un poco más: el dinero de mi vecino, la creatividad de mi compañero, la astucia de nuestros líderes, etc., etc.. Estamos dispuestos a lo que sea: a lastimar, a quitar, a arrebatar, a hundir a quien se atraviese en nuestro camino, el sendero de ceguera que recorremos, donde -a querer o no- vamos la mayoría.
Pero,… ¿por qué no hacer un alto y abrir los ojos aunque sea por un momento?, sólo un instante en el que nos detengamos y abramos los ojos buscando la consciencia, la razón que el corazón nos cuenta, entendiendo que no estamos solos, que no somos más importantes que nadie, que el verdadero valor de este lugar se llama "TODOS", incluyendo los más desprotegidos de este mundo... ¡¡¡que mira que son varios ehhh!!!.
Caray,..., casi siempre el lápiz se confabula con la consciencia y me obligan a derramar la tinta por estos rumbos, será porque veo que ya no nos queda mucho tiempo para salvar nuestro planeta, pero,... ¿cómo vamos a devolverle la paz a nuestro planeta?, si no somos capaces de hacer la paz con nuestros hermanos pobres del mundo. Queremos salvar las plantas, el agua, el aire, la tierra y nada nos mueve al ver a un indigente en cualquier parte del mundo, porque sin lugar a dudas, en todos lados los hay!!!. En México, New York, Paris o en Roma existe la desesperanza del hombre, necesitamos dejar ya la soberbia de lado y salir al encuentro de la paz o por lo menos la compasión por todos los de nuestro género.
Por eso, hoy digo y propongo que todos digamos:
Tal vez sea por ello que necesitamos tanto de lo material, como si de verdad fuéramos a encontrar la felicidad por este sendero, por eso cada día queremos un poco más: el dinero de mi vecino, la creatividad de mi compañero, la astucia de nuestros líderes, etc., etc.. Estamos dispuestos a lo que sea: a lastimar, a quitar, a arrebatar, a hundir a quien se atraviese en nuestro camino, el sendero de ceguera que recorremos, donde -a querer o no- vamos la mayoría.
Pero,… ¿por qué no hacer un alto y abrir los ojos aunque sea por un momento?, sólo un instante en el que nos detengamos y abramos los ojos buscando la consciencia, la razón que el corazón nos cuenta, entendiendo que no estamos solos, que no somos más importantes que nadie, que el verdadero valor de este lugar se llama "TODOS", incluyendo los más desprotegidos de este mundo... ¡¡¡que mira que son varios ehhh!!!.
Caray,..., casi siempre el lápiz se confabula con la consciencia y me obligan a derramar la tinta por estos rumbos, será porque veo que ya no nos queda mucho tiempo para salvar nuestro planeta, pero,... ¿cómo vamos a devolverle la paz a nuestro planeta?, si no somos capaces de hacer la paz con nuestros hermanos pobres del mundo. Queremos salvar las plantas, el agua, el aire, la tierra y nada nos mueve al ver a un indigente en cualquier parte del mundo, porque sin lugar a dudas, en todos lados los hay!!!. En México, New York, Paris o en Roma existe la desesperanza del hombre, necesitamos dejar ya la soberbia de lado y salir al encuentro de la paz o por lo menos la compasión por todos los de nuestro género.
Por eso, hoy digo y propongo que todos digamos:
"MI RAZA ES,... HUMANO"
1 comentario:
Chulada de Video... No había recapacitado, cuando pensaba igual en hacer algo por el planeta, piensa uno en las generaciones futuras y nunca en los necesitados de nuestra propia generación. Estamos como el chiste aquel del que los gringos iban a comprar México y cuando se dió el sí, preguntaron: ¿Y cuando nos lo desocupan?
Antonio B.
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